martes, 9 de julio de 2013

Diez Consejos para Evitar las Alergias en Verano




Y llegaron las tan ansiadas vacaciones, pero seguramente nos vienen a la mente los cuidados que debemos tener con nuestros hijos, para que estas fechas no se vean opacadas.

Les compartimos este artículo de Jorge Churba

La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) ha creado un decálogo para que alérgicos y familiares disfrutemos de unas vacaciones sin sobresaltos:
  1. Cremas solares y antiinflamatorios: hay alergias cutáneas o eccemas que solo se producen cuando los rayos del sol llegan a la piel. Entre sus causas más frecuentes se encuentran algunas plantas -como las higueras, cítricos y otras- o los filtros que contienen algunas cremas solares. En el caso de los medicamentos antiinflamatorios y algunos antibióticos el efecto fotosensibilizante puede producirse tanto por la aplicación en la piel como al tomarlos.
  2. Comidas fuera de casa: en vacaciones estamos más relajados y por eso pueden aumentar las reacciones alérgicas provocadas por alimentos. No hay que olvidar que siete de cada diez reacciones se producen fuera de casa. La SEAIC aconseja a los alérgicos a alimentos vigilar todos los productos, leyendo detenidamente los ingredientes que los componen: leche o frutos secos en los helados, trozos de frutas como melón, kiwi y melocotón en postres y batidos; mariscos en pastas o ensaladas, etcétera y preguntar a los cocineros en caso de duda.
  3. Frutas de temporada: algunas frutas como las cerezas, melocotones o paraguayas pueden causar urticaria por el simple contacto con la piel de las manos y los labios. También pueden causar síndrome de alergia oral, inflamación y picor en la boca, los labios y la garganta al comerlas. La reacción puede ser más grave y llegar incluso a un shock anafiláctico. Frutas como el melón y la sandía frecuentemente producen síntomas en la boca a personas alérgicas a pólenes.
  4. Picaduras: el riesgo de una reacción alérgica por picaduras de avispas y abejas aumenta durante los meses de verano. Por eso, los alergólogos recomiendan extremar la precaución al aire libre y evitar, en la medida de lo posible, realizar comidas en el campo. También aconsejan no vestir con colores llamativos ni estampados ni perfumarse.
  5. Piscinas: los baños frecuentes en piscinas en los meses de verano empeoran los síntomas de dermatitis atópica , particularmente en los niños. Esto se debe a la irritación que el baño prolongado, por un lado, y el cloro por otro, producen en la piel fácilmente irritable de estas personas. Usar agua salada en vez de clorada y los baños en el mar, por el contrario, mejoran las pieles atópicas.
  6. Tatuajes temporales: los tatuajes de henna se pueden realizar durante todo el año, pero es en verano cuando son más frecuentes. Muchas veces se agrega un un producto que permite fijar mejor el tatuaje, la parafenilendiamina o PPD y es precisamente esta sustancia la que puede provocar algunos casos de dermatitis y alergia.
  7. Residencias de verano: los ácaros, responsables de la alergia al polvo doméstico, encuentran un ambiente favorable cuando la temperatura es templada y la humedad relativa del ambiente es elevada. Por ello son muy abundantes en regiones costeras. También por esta causa la concentración de ácaros en las casas aumenta durante las épocas de cambio estacional -primavera y otoño-, con lluvias y temperaturas suaves, y suelen disminuir durante el verano e invierno. Hay que tener cuidado con la limpieza en las casas que llevan tiempo cerradas. Lo ideal es limpiarlas antes de que lleguen los alérgicos.
  8. Animales: en vacaciones se viaja a entornos rurales donde hay animales con los que normalmente no tenemos contacto y que pueden provocar alergia, como caballos, ovejas, cabras y otros. Las alergias a animales más frecuentes son a los gatos o perros, pero también pueden provocarlas ratones, cobayas, hámsters y caballos. Las proteínas del pelo, la saliva o la orina de las mascotas pueden producir una reacción alérgica que ataca a los ojos y las vías respiratorias en forma de rinoconjuntivitis y asma alérgicos.
  9. Polen: aunque la polinización de las gramíneas está terminando en la zona centro y se prolongará algo más en el norte del país, hay que tener en cuenta que se prolonga más cuanto más al norte viajemos. Por ello si te desplazas al centro y norte de Europa es aconsejable que lleves la medicación para combatir los síntomas de rinoconjuntivitis y asma polínicas. Otros pólenes como salsola en algunas zonas de Castilla La Mancha, Aragón o Murcia, o parietaria en el Levante protagonizan el verano.
  10. Campamentos seguros: hay campamentos para niños asmáticos en los que aprenden a convivir con la enfermedad a la vez que se divierten y pasan unos días en la naturaleza. Infórmate del más cercano.

Y no olvides llevar en tus viajes tu medicación. Recuerda que en ocasiones precisarás tratamientos preventivos y en otras medicación de rescate como antihistamínicos o broncodilatadores.
La SEAIC cree que no es recomendable llevar las vacunas en viajes cortos de verano. Además existen problemas para llevarlas en los aviones: tanto como equipaje de mano al tratarse de líquidos, lo que debería justificarse con un informe médico; o en la bodega, ya que las bajas temperaturas podrían alterarlas.
Si viajas en coche evita la exposición directa de la caja de vacunas al sol.
Y no olvides llevar un informe detallado del médico especialista en tu viaje.
¡Felices vacaciones!

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